28/12/09

Procedimientos narrativos en 'Cabeza de Turco'

Estilo y estructura.
Se trata de un amplio reportaje mostrativo cuya historia es unitaria. Podrían trazarse tres líneas que dividen la obra. Pero la división entre ellas no es abrupta, sino con suaves transiciones.
En una primera parte, que el autor abrevia deliberadamente, transmite la incertidumbre que le embarga al convertirse en Alí: no ha de levantar sospecha, debe cuidar su aspecto de turco con todos los sentidos alerta, ejercer duros trabajos, aguantar cualquier contratiempo...

En resumidas cuentas: es una introducción en la que el autor pone en antecedentes al lector y que a él le sirve para pasar la prueba. De ello dependía el éxito de su proyecto.

En un segundo tramo, en el que Wallraff ya está identificado con Alí e integrado en el mundo laboral germano, comienza su periplo por diferentes trabajos y sectores laborales. Es un crescendo que, irónica y lamentablemente, podría ajustarse al famosísimo lema de Microsoft ¿Hasta dónde quieres llegar hoy? Una subdivisión de esta segunda parte, relacionada con su agónico viaje al final de la noche, sería la formada por los capítulos concernientes a la conversión religiosa de Alí y a la tragicómica escenificación en la funeraria para resolver su supuesta muerte cercana.

La tercera parte presenta un Wallraff maduro en su papel de Alí, abocado a llevar a las últimas consecuencias su papel. En este momento, Wallraff decide tomar decisiones. Después de estar de un lado para otro, cree conveniente dejar de ser zarandeado. Consigue convertirse en empleado de confianza de un siniestro personaje para tenderle una trampa en su propio terreno. Es la rúbrica perfecta para abandonar a Alí y construir la obra que recoja todo lo que ha visto y vivido.

Así, en esta obra, predomina la analítica: el autor aporta datos de forma objetiva y apunta posibles consecuencias. Por tanto, deja que el lector se implique y saque sus propias conclusiones.

Es momento de matizar. Este tipo de trabajo se define más correctamente como reportaje de disfraz. En este tipo de reportajes, el periodista se disfraza de lo que no es para contar lo que pasa desde ese punto de vista. El riesgo que se corre es la tendencia a falsear. Günter Wallraff nunca aconsejó que este tipo de periodismo lo tuviera que hacer cualquiera. Para él era la única forma de denunciar estas situaciones.

Escenificación
Los diferentes trabajos y lugares a los que acude como Alí. Los primeros lugares suponen su introducción en el mercado laboral como turco y los menciona de forma somera: una caballeriza, una granja, las calles y otros emplazamientos en los cuales su estancia es breve.

También acude a lugares públicos con el fin de probar su caracterización: un estadio de fútbol (intercalándose peligrosamente con un grupo de jóvenes neonazis); alguna cafetería; un mitin político (donde engaña al líder ultraderechista F. J. Strauss).

Después, ya plenamente introducido en la sociedad alemana como turco, los escenarios laborales requieren más atención: un restaurante McDonald´s; empleos concernientes a la industria: de la construcción, de la siderurgia, de la energía nuclear…; o un laboratorio farmacéutico.

Los distintos empleos en ocasiones también suponen cambios espaciales: de una ciudad alemana a otra, ya sea para buscar nuevos trabajos o bien corresponden a desplazamientos.
En paralelo a la narración principal muestra otras situaciones no relacionadas directamente con lo laboral: entre otros, edificios religiosos; una funeraria; la barriada en la que reside, Bruckhausen, en Duisburg; su infravivienda en la calle Diesel.

Diálogos
El autor recoge e intercala un gran número de diálogos en su obra (sin alterar los distintos léxicos de cada testimonio, incluyendo el lenguaje impostado con el que Wallraff se hace pasar por turco), lo que procura ritmo; caracterización de los personajes; impresión de veracidad y credibilidad; sensación de documento directo con gran aporte de información en bruto; situación de tiempos y lugares...

La mayor parte de los diálogos se producen entre él –siempre como Alí– con empleadores y compañeros; o bien de encargados con trabajadores. También incluye algún diálogo entre empresarios (en los últimos diálogos, en el capítulo El encargo, se vale de amigos de su vida “real” para tejer una encerrona a Adler, uno de los mediadores en la explotación de los trabajadores).

De igual manera, refleja también las conversaciones que mantiene con los diferentes sacerdotes o portavoces religiosos; así como con los encargados de la funeraria, o con una de las empleadas de LAB, el laboratorio farmacéutico en el que se empleará como cobaya humana.

El trabajo es maravilloso. Intercala a la perfección tanto unas breves líneas como toda una escena que funcionaría en cualquier obra teatral. Es de suponer que en algunos casos se ayudaría de grabadoras, pues sería muy difícil reconstruir unos diálogos tan naturales y expresivos.

Puntos de vista y presencia y voz del narrador
El punto de vista es interno. El autor es parte de la historia: es personaje y testigo a un tiempo.
En consecuencia, la voz del narrador es en primera persona. En primerísima persona. Actúa como una cámara: a excepción de las digresiones y otros elementos anexos que pueda añadir en la elaboración posterior, lo que se narra es lo que él ve.

El predominio de los presentes en los tiempos verbales sirve de apoyo, tanto a las funciones narrativas como a la inmersión del lector en las peripecias de Alí. El principio de identificación es una de los elementos que componen la técnica de redacción de los reportajes mostrativos. Si consigue generar empatía, consigue transmitir, compartir su experiencia con los lectores. De esta forma, el narrador también permite al lector que dictamine por sí mismo (“Escribir para contar, no para probar”).



Descripciones
Sus descripciones, de personas, ambientes o lugares, destacan por la concisión, el ahorro en las palabras, la brevedad en la frase y el excelente manejo de la elipsis. El autor no se anda con giros innecesarios. No comete el error de adornarlo con florituras. Como si lo estuviera redactando según le ocurre (posiblemente tomara apuntes de forma constante y a escondidas), apenas se aprecia retórica una vez editado y publicado.

En primer lugar, se describe a sí mismo caracterizado como Alí. Luego describe a sus compañeros, a sus jefes, y a aquellas personas con las que trata de establecer algún trato… Son, por encima de la descripción física, descripciones morales.

Trata de introducir una pincelada de caracaterización psicológica, igual que, cambiando de técnica, puede adivinarse en la mirada de muchos personajes de Velázquez o Goya. Lo aplica especialmente en sus jefes y encargados, cuyos actos, modos y palabras los acotan a la perfección. Wallraff, fino observador, levanta acta. Es notable, en este sentido, el tratamiento que da a su último “jefe”, el mediador y cuasi traficante humano Adler.

Los lugares los presenta como si se tratara de una sucesión de diapositivas que se funden una sobre otra. Pero no sólo son planos generales. Hay un aspecto sobresaliente en sus descripciones: la inductividad.

A mi entender, el autor destaca por extraer de la secuencia de planos un detalle que resume todo. Lo que parece una nimiedad, una mera anécdota, engloba el conjunto y se convierte en su esencia pura. Como cuando menciona la disposición del mobiliario en los restaurantes McDonald´s (“…íntegramente dispuesto de forma que casi todo se halle a la altura de los niños…” pág 33), o retrata la degradación de la barriada en la que vive Alí (“…allí no vale la pena anunciar artículos de consumo, excepción hecha de la cerveza y las marcas de cigarrillos.” pág. 217).

En resumidas cuentas, y reiterando la idea una vez más, Wallraff describe mostrando, lo que es más persuasivo y eficaz.

El tiempo
El autor no hace referencias temporales explícitas. La obra, de hecho, no está escrita como un diario, que hubiera sido lo sencillo. Wallraff se encarga de indicar de vez en cuando algunas fechas que permiten deducir el tiempo durante el cual encarnó a Alí.

En el prólogo, firmado el 7 de octubre de 1985, señala que en marzo de 1983 puso un anuncio en un diario. Y en el capítulo final Adler –al que embaucan con un lucrativo a la par que oscuro negocio– enuncia “Así pues, empezaríamos a trabajar mañana, ocho de agosto de 1985”. No obstante, y aunque la fecha exacta en que deja de ser Alí no aparece, se desprende que rueron dos años, mes arriba mes abajo.

Una vez metido en el relato, apunta notas dispersas. Algunos ejemplos –a vuelapluma– son los que aparecen a continuación. En los primeros párrafos puede leerse “A lo largo de casi un año intenté mantenerme a flote…” (Es decir, desde que muta en Alí hasta que considera haber pasado la prueba).

En el capítulo Materia prima: el espíritu, la referencia temporal es insinuada al hablar de la festividad del Miércoles de Ceniza. En un cuadro en el que habla de Un empresario moderno (pág. 47), comenta: “Mientras yo estuve trabajando para la GBI en Colonia, el verano de 1984…”. Más adelante, aporta datos de un informe de la empresa Thyssen sobre el ejercicio económico 1984/85. Cuando trabaja para Remmert, habla de que uno de sus compañeros alcanzó por primera vez las 350 horas de trabajo mensuales en abril de 1985.

También, ciertos documentos, personajes políticos y otras referencias aluden, de forma tangencial, a esta época.

En general, el transcurso del tiempo, elíptico, se desprende de los distintos puestos de trabajo en los que se emplea. Wallraff no acota. Pero no parece importante la exactitud: cuánto tiempo está en cada uno, desde cuándo hasta cuándo, o cuál es el tiempo total que pasa como Alí. Podría haberse tratado de unos meses o de varios años más. Podría haber permanecido dos horas más (o dos días o dos semanas…) en este o aquel trabajo.

Sin embargo, el resultado sería idéntico. Wallraff resiste el tiempo que considera necesario para llevar al extremo y poner a prueba la elasticidad, no sólo del aguante humano, sino de la miseria moral y la ambición desmedida. Hasta que se rompe por alguno de sus extremos. O por ambos.



[Continuará...]
[Viene de...]

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