15/9/10

Despiece: Remate final


Una vez que ha finalizado la impresión del trabajo en la máquina offset, se pasa a la plegadora para doblar los pliegos. Posteriormente, y de forma manual o mecánica, se procede al alzado (montaje), ya sea una revista, un cuadernillo, un libro, etc. Luego se grapa o se cose, si es el caso. Existen máquinas también para esta fase de encuadernado. Por último, se procede al corte según las guías.
Máquina plegadora
Troqueladora. Máquina que permite hacer formas en papel o cartón. Pueden recortarse figuras para ser montadas de forma sencilla, como por ejemplo: castillos, edificios, coches, etc. También es muy frecuente en publicidades o bien como elementos de regalo, como cubiletes para lapiceros o similares.

Máquina troqueladora

Nota: Este despiece forma parte del reportaje: Tradición y tecnología punta.

Despiece: Serigrafía, cotidiana y desconocida

El estampado de una camiseta, la decoración de una botella, el papel pintado de una casa, los azulejos de un baño… Objetos tan frecuentes en la vida diaria son posibles gracias a esta técnica apenas conocida.

Según Vicente Gallego, profesor adjunto de Procesos de Impresión, la lineatura es muy importante en serigrafía (o permeografía). Cuanto más baja, más tosco es el resultado y más tinta requiere. Existen diferentes máquinas, en función del material sobre el que se imprimirá: tela, papel, vidrio, azulejo, etc. Prácticamente puede imprimirse sobre cualquier material, gracias a máquinas de proceso manual (como las de este taller) o automatizadas, para la fabricación industrial.



Nota: Este despiece forma parte del reportaje: Tradición y tecnología punta.

Despiece: Diferentes técnicas

Las artes gráficas comprenden diferentes variantes de impresión, atendiendo a la técnica utilizada. Cada una con su propio proceso, sus requerimientos y su mercado.

•Flexografía. Procedimiento directo y en relieve. Procede la las linotipias (tipografía). La parte superior del relieve es la que coge tinta e imprime. Se utiliza en tetrabriks y, sobre todo, en plástico (bolsas), debido a la fácil evaporación de las tintas que utiliza. Una particularidad de este método es el denominado efecto squash. Debido a la deformación de la plancha (goma) se produce un efecto de ensanchado en los bordes de lo impreso, quedando más marcados, más oscuros.

•Huecograbado. También es un proceso directo, pero en este caso funciona al revés: se imprimen las partes en hueco. Ofrece un alto brillo de las tintas, por lo que lo han utilizado –y siguen haciéndolo– las revistas de lujo (papel cuché). Los cilindros de hueco son muy caros y necesitan una tinta más líquida que la del offset.

•Offset. Procedimiento planográfico (forma plana) e indirecto. Funciona con el principio de repulsión agua-tinta. Generalmente utilizado para trabajos que requieran un alto volumen de impresión. Para cantidades menores se echa mano de la impresión digital.

•Serigrafía. Procedimiento directo que utiliza una forma permeográfica (permeable). Requiere de una pantalla en la que se instala la forma emulsionada. Sobre ella se aplica tinta que, mediante presión, pasa al soporte.

•Digital. Procedimiento usado por cualquier impresora actual, desde una doméstica a una industrial o plotter. Pueden funcionar con chorro de tinta o mediante tóner.



Nota: Este despiece forma parte del reportaje: Tradición y tecnología punta.

Tradición y tecnología punta

Artes gráficas: una profesión acostumbrada a los cambios
La omnipresencia de Internet está haciendo olvidar a mucha gente que, tiempo atrás, los periódicos y el resto de publicaciones llegaban al público únicamente en un soporte tan palpable como el papel. La mayor parte del público sigue siendo ajena a su forma de elaboración, a día de hoy una mezcla de procesos tradicionales y últimas tecnologías.

El IES Puerta Bonita, en el madrileño barrio de Carabanchel Bajo, ha formado a muchos de los profesionales de Artes Gráficas y Audiovisuales de las últimas dos décadas. La finca, que perteneció al Marqués de Salamanca, pasó a manos de la Comunidad de Madrid que, en octubre de 1990, apostó por convertir parte del complejo en referencia para el desarrollo de un nuevo modelo de centro de formación profesional específico y avanzado.

Desde entonces, tanto sus dotaciones técnicas como profesionales han sido excelentes. Tanto, que la lista de espera para acceder a los estudios convierte en privilegiados a quienes lo consiguen. Por otro lado, el centro no ha dejado de prestar atención a aspectos variados e innovadores: Entre otros, la realización de Jornadas de Arte y Comunicación (ComunicArte), el desarrollo de Programas Educativos Internacionales –que incluyen prácticas conjuntas y enseñanza de idiomas–, la publicación de la Revista del Centro o la creación del sitio web y del boletín electrónico mensual. Todo ello ha hecho merecedor a este instituto de premios a la calidad educativa.


La visita a su área de Artes Gráficas es una excelente oportunidad para conocer de primera mano los diferentes pasos que culminan con el proceso de impresión. Supone una clase magistral no sólo sobre dichos procesos, sino también acerca de los múltiples avances técnicos acaecidos en estos últimos años, por su evidente contraste con lo que ha sido la tradición en algunas técnicas durante décadas o, en algunos casos, siglos.


Todo proceso tiene un inicio

Alberto Sánchez, profesor titular de Procesos de Impresión, será quien nos guíe por aulas y conceptos. Estamos en sus dominios. Lo primero es la preimpresión, fase creativa y de maquetación que hoy día se realiza con medios informáticos. Para ello, cuentan con modernos ejemplares iMac de Apple, así como con un escáner (que cada vez se usa menos) y una impresora digital con la que imprimir bocetos.

En la sala contigua se encuentran las diferentes máquinas que se usan para el siguiente paso, la fotocomposición, proceso que transfiere lo diseñado a una película similar a la que usaban las cámaras fotográficas analógicas. La filmadora (de tecnología láser, en este caso) y la reveladora-fijadora eran dispositivos muy frecuentes en los talleres. Sin embargo, hoy día han dejado de utilizarse en los procesos offset, aunque se mantienen para los de serigrafía. El proceso de fotocomposición también se conoce como CTF (Computer To Film), es decir, de ordenador a película.


Antes de que se impusiera la informática, los procesos tradicionales de preimpresión y fotocomposición eran bastante laboriosos: Primero el abocetado a mano sobre papel; luego el casado –también a mano–, del fotolito o fotolitos, uno por cada color. Una vez montado se obtenía un ferro, una prueba para corregir errores y evitar los altos costes de las tintas y, en especial, del arranque de máquinas. Posteriormente, y con el fin de obtener la plancha de metal (forma) que, ajustada en la máquina impresora, servía para obtener copias entintadas, era necesaria una insoladora [en la imagen]. Este dispositivo irradiaba una fuerte luz sobre el fotolito, previamente montado sobre la placa de aluminio fotosensible. Por último, la plancha se hacía pasar por una procesadora con el fin de eliminar, mediante elementos químicos, la capa no sensibilizada y dejar en la superficie el “dibujo” del fotolito original.


En la actualidad, una máquina CTP láser de Kodak (Computer To Plate; es decir, de ordenador a plancha), se encarga de sacar la plancha sensibilizada, ahorrando trazado y montaje. El casado se efectúa previamente y de forma automática en el ordenador. No obstante, la plancha aún necesita pasar por la procesadora. De hecho, CTP y procesadora se encuentra adosadas. Tras procesarla, la forma estaría lista para ser utilizada, con las zonas de impresión y no impresión bien delimitadas.

Pero la tecnología avanza de tal manera que ya existe una plancha de Kodak que se revela sólo con agua, sin necesidad de máquina procesadora. El coste económico, el ahorro en espacio y la rapidez son una constante en este sector.


El principio de repulsión agua-tinta

La etapa anterior, en la que intervienen insoladoras, máquinas CTP y procesadoras, está a caballo entre la preimpresión y la impresión. Ésta última es la siguiente fase, que se lleva a cabo en el taller. Es la sala más amplia de la visita, principalmente por el tamaño de las máquinas. Se divide en tres zonas diferenciadas: Offset, Serigrafía y Encuadernación, donde también se encuentran la plegadora, la troqueladora, la grapadora y otras máquinas; así como los anaqueles con distintos tipos de papel y cartón.

Disponen de tres máquinas offset Heidelberg de uno, dos y cuatro cuerpos, respectivamente. La más moderna es la de dos, aunque el funcionamiento es el mismo para todas. Cada cuerpo está formado por tres rodillos [ver imagen]. El superior (en el que se instala la forma gracias a unos pequeños enganches) con la imagen en positivo. El central o mantilla, de caucho, con la imagen en negativo y debajo el rodillo de presión. Entre éste y la mantilla pasa el papel. Los rodillos reciben, en primer lugar, agua y, a continuación, tinta. La zona no marcada de la plancha retiene el agua y, por tanto, repele la tinta. De esta manera, el caucho se empapa de tinta e imprime en el papel gracias a la presión ejercida por el rodillo inferior. Alberto no se cansa de repetir que una de las piezas clave en artes gráficas es este principio de repulsión entre el agua y la tinta. Supone la base gracias a la cual se ha impreso en papel y otros soportes desde hace siglos.


Existen máquinas de hasta 10 cuerpos, que se identifican con una especie de “joroba”. Cada cuerpo supone un color. Así, por ejemplo, con una máquina de 4 cuerpos podemos imprimir cuatricomías en una sola pasada. A continuación, y si se requiere, se ha de volver a pasar por la cara posterior para imprimir a doble cara. En máquinas planas se hace hoja a hoja, mientras que en las rotativas de prensa existen dobles rodillos que imprimen al mismo tiempo por ambas caras.


Aunque forma parte de la Hilderberg de dos rodillos, el CPC (Computer Print Control) es un aparato aparte, exento. Con este dispositivo se ajustan el registro y el color. Éste último, regulando la cantidad de tinta en cada carril –divisiones verticales de la plancha–. Se trata de la parte más complicada y sensible. Permiter graduar la calidad, según estándares o a gusto del cliente. Un mal ajuste puede arruinar todo un trabajo o desperdiciar tinta de forma absurda. El siguiente avance tecnológico será, posiblemente, la eliminación de este elemento físico al generar toda esta información a través del ordenador.


No menos importante en una máquina offset es la entrada de papel. El dispositivo encargado de alimentar la máquina es la clave para que el papel entre uno a uno y con el registro bien alineado.



El líquido elemento

Por otro lado, en una especie de cuba aparte, es donde se almacena el agua, básica para la impresión offset. Esta cuba se conecta a la máquina mediante una serie de tubos. No se trata de agua corriente, sino que contiene aditivos gracias a los cuales se refrigera la máquina y permiten que el líquido se extienda apropiada y uniformemente por toda la plancha. Antes se usaba alcohol como aditivo. Da los mejores resultados, pero es caro y tóxico.

No sólo el alcohol era tóxico. Entre otro de los elementos más peligrosos para la salud en los talleres de Artes Gráficas estaba el plomo, usado como vehículo conductor en las tintas. Hoy día se usan compuestos biológicos. De ahí que ya no se vean botellas de leche como remedio casero para mitigar su alta toxicidad.


El ahorro es la premisa

Al igual que ocurre en otros ámbitos de la sociedad, si algo cambia en la impresión offset es la velocidad. Los avances llegan por esa vía. Alberto, después de trece años como docente y tras su experiencia en las rotativas del diario madrileño El País, lo sabe de primera mano: “Antes se tardaba alrededor de una hora en tener la máquina lista para comenzar a imprimir; ahora se ha reducido a 15 minutos. ¿Qué decir de la velocidad de impresión? La Heidelberg de dos cuerpos puede alcanzar una velocidad de 12.900 páginas por hora.”. Más del doble que su antecesora, si bien se trata de un modelo que data de 2004. En prensa, tales velocidades ascienden a 40.000/80.000.

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físico. Pero también se han reducido ruidos y vibraciones. Igualmente, ha mejorado la calidad del caucho, que lo hace más duradero; así como la calidad del papel, que ya no suelta tanta pelusilla. Sin embargo, el proceso de impresión offset se mantiene inmutable desde sus inicios.


Antes de finalizar la visita quise conocer la opinión de los profesionales en cuanto a aquello que haya supuesto un progreso más espectacular dentro de las Artes Gráficas. Tanto para Alberto como para Vicente (profesor en Puerta Bonita desde hace 14 años y que amplió de forma didáctica todo lo relativo a serigrafía) es complicado escoger un invento o avance relevante, ya sea la imprenta, la linotipia, la fotografia, los ordenadores, etc.: “Todos lo son, en cuanto que se trata de procesos acumulativos y mejoras constantes. Además, los procesos no han variado, casi todos los avances han sido técnicos.”.


Sin embargo, sí que ven un punto de inflexión claro cuando la informática se conjuga con las Artes Gráficas: “Ha supuesto principalmente sencillez, rapidez y ahorro en maquinaria y espacio físico. En algunos casos, también, mayor precisión y calidad. Sin duda, ha afectado a todos los procesos involucrados en la creación de un documento impreso.”.


Alberto incluso es más concreto. Para él, los procesos WYSIWYG (lo que ves es lo que obtienes) suponen un paso cualitativo. En lo que respecta al formato de textos, por ejemplo, han convertido un proceso farragoso en algo sencillo, intuitivo y transparente para cualquier usuario, profesional o no: “Con la informatización todo es más directo, pero –vuelve a recalcar– el proceso básico es el mismo.”.


Una mirada al horizonte

Otra cuestión de debate es el futuro de las artes gráficas. La tendencia a digitalizarlo todo (imágenes y texto) ha reducido el mercado tradicional. Hoy día resulta más sencillo y barato convertir un documento, sobre todo si es extenso, en formato PDF y colgarlo en Internet para su descarga. Y más en un contexto de crisis económica. De ahí que, para dar ejemplo, el Gobierno haya distribuido este año la Agenda de la Comunicación en formato digital.

Aún así, y como buenos amantes de su oficio, tanto Alberto como Vicente opinan que el papel no dejará de existir: “Es posible que los nuevos lectores digitales de libros (eReaders) se impongan por comodidad, y por la convergencia multimedia con otros dispositivos. Al igual que ha ocurrido con la música o el vídeo, ahora le toca al texto atravesar su revolución digital particular.”.

No obstante, mantienen que es probable que el papel se destine a otros usos minoritarios, teniendo en cuenta las tendencias ecologistas de la actualidad. En cualquier caso –aseguran con humor–, ambos esperan que eso ocurra dentro de muchos años, cuando haya cesado su actividad como profesores.


DESPIECES
- Diferentes técnicas.
- Serigrafía. Cotidiana y desconocida.
- Remate final.


Reportaje realizado en Madrid, el 14 de abril de 2010.

Más información sobre artes gráficas en: Imagen Digital.